Un Modelo Educativo es el marco conceptual/referencial que orienta y sustenta la función formativa de la Institución, en coherencia con sus principios e ideario y que expresa la manera de concebir, diseñar, articular y gestionar la formación, la enseñanza y el aprendizaje de los programas formativos de la Universidad, otorgando un sello o impronta particular .

Por tanto, el Modelo Educativo orienta:

• Las decisiones institucionales referidas al proceso formativo.
• Las acciones relativas al desarrollo del sello formativo institucional.
• Que la oferta académica esté en coherencia con las  directrices institucionales.
• Los lineamientos curriculares de los programas formativos en sus diversas modalidades.
• Las estrategias de mejora de la docencia y del proceso de enseñanza y aprendizaje.
• La implementación, seguimiento y evaluación de las acciones comprometidas en la formación de la Universidad.

En el actual panorama, caracterizado por su complejidad, un aumento rápido en la matrícula estudiantil, diversidad en las características de los estudiantes, nuevas estructuras de gestión y financiamiento universitario, y un marco regulatorio nacional que sitúa a las Universidades Estatales en el centro del desarrollo de los territorios, es que los planes de estudio universitarios se han adaptado para abordar de manera efectiva las necesidades de un cuerpo estudiantil con condiciones de ingreso heterogéneas.

El enfoque en la sola transmisión de contenidos ya no parece ser una respuesta adecuada a los desafíos planteados por la sociedad del siglo XXI, en su lugar, se observa un creciente interés en la construcción colaborativa del conocimiento y el desarrollo de competencias que permitan a los estudiantes aplicar lo que han aprendido en todos los aspectos de sus vidas, incluyendo su futura vida profesional, con responsabilidad y ética.

A lo anterior, se suma la necesidad de modernizar los procesos internos de las instituciones, en línea con los requisitos establecidos por la Ley sobre Educación Superior N°21.091 y la Ley sobre Universidades Estatales N°21.094. Estos marcos normativos establecen que, la educación superior es definida como un derecho, cuya “provisión debe estar al alcance de todas las personas, de acuerdo a sus capacidades y méritos, sin discriminaciones arbitrarias, para que puedan desarrollar sus talentos” (Ministerio de Educación, 2018a, p.1). La Universidad de Atacama ve este derecho como el núcleo de su misión institucional y se compromete a contribuir al desarrollo regional y nacional formando graduados y profesionales responsables y comprometidos en la generación de soluciones innovadoras y multidisciplinarias a los desafíos que enfrenta la sociedad.

El nuevo marco regulatorio permitirá incorporar los desafíos centrales que el Estado chileno ha encomendado a la Educación Universitaria en el siglo XXI. Desde una perspectiva externa, las universidades están llamadas a formar profesionales que, además de poseer un sólido conocimiento técnico, desarrollen un conjunto de habilidades que les permitan desenvolverse de manera efectiva en el mundo profesional.

Desde una perspectiva interna, la universidad debe adaptarse a estos nuevos requerimientos, modernizando sus procesos administrativos y de enseñanza-aprendizaje, como acciones esenciales para garantizar una gestión acorde a los principios fundamentales expresados en la Misión y Visión de la institución.

A continuación, se presentan los “Principios orientadores de la función formativa de la Universidad de Atacama” que sustentan el modelo educativo institucional. Estos principios se articulan con los desafíos planteados por el contexto actual y las aspiraciones de la comunidad universitaria, orientando el desarrollo estudiantil y la calidad institucional.